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La ocupación de viviendas en Catalunya es un fenómeno que ha crecido en los últimos años. Según datos del Ministerio del Interior, en el año 2020 se registraron en Cataluña un total de 5.405 denuncias por empleo ilegal, lo que supone un aumento del 50% con respecto al año anterior. Estas cifras ponen de manifiesto la magnitud del problema.

La seguridad de los edificios es un aspecto fundamental para garantizar la tranquilidad de la familia, los trabajadores y proteger el patrimonio. En este sentido, los sistemas de alarma son herramientas indispensables que nos ayudan a detectar posibles intrusos y actuar rápidamente en caso de robo o emergencia.

Sin embargo, no todos los sistemas de alarma ofrecen la misma protección. En España, la normativa INT/314/2011 establece que los sistemas de alarma deben tener al menos un grado de seguridad 2 para garantizar una protección óptima. Si tu sistema de alarma fue instalado antes de la entrada en vigor de esta normativa, es posible que tenga un grado de seguridad inferior y, por tanto, no esté ofreciendo la protección necesaria.

La inhibición de alarmas es una técnica utilizada por los ladrones para desactivar los sistemas de seguridad de una propiedad y poder cometer robos con mayor facilidad. Se trata de una técnica muy extendida y efectiva que consiste en interferir en las señales de los sistemas de alarma, provocando su desconexión o reduciendo su capacidad de detección.

Uno de los principales factores que permiten a los ladrones inhibir los sistemas de alarma es la utilización de protocolos de radio inseguros. Los protocolos de radio son los mecanismos utilizados por los sistemas de alarma para comunicarse con los dispositivos inalámbricos, como los sensores de movimiento o las cámaras de seguridad. Si estos protocolos son vulnerables, los ladrones pueden interferir en las señales de los dispositivos y desactivarlos fácilmente.